jueves 16 de diciembre de 2010

Incansable agitador


Ni en el mejor de los sueños pudiera haber imaginado tal encuentro; ayer noche Micky Carreño, Micky "El hombre de goma", con su actual banda los Colosos del Ritmo se suben al escenario a presentar su nuevo disco. Y, para más inri, lo hacen en la sala Barracudas, sala de la que servidor conoce todos y cada unos de sus innumerables recovecos. Hubo un tiempo que pasaba(mos) más horas en el Barracudas que en mi (nuestra) propia casa. Pero eso fue hace mucho y no estoy aquí -cuán lejos es mi intención- para hacer proselitismo del local comandado por El Modi y cía.

Bien, una vez situados, vayamos al grano. Aviso. Este artículo es completamente parcial. Está viciado de mitomanía. Yo venero a Micky. Ramones, Micky y los Tonys y Beach Boys, la santísima Trinidad. Por ello todo lo que diga de Micky va a ser de bueno para arriba. Lo descubrí supongo en uno de esos programas musicales (¿o fue en el radiocasete del Seat 124 familiar? Da igual) chorras en el que aparecen estrellas de cierto renombre en el declive de sus carreras; Karina, Helena Bianco (HB), Juan Bau, De Raymond, Mochi, Antonio Vélez... el pop decadente, vamos. En la televisión Micky ha explotado su faceta más comercial, la de "Enséñame a bailar", la de "Bye Bye Frauelein". Ahora bien, nuestro hombre de goma, indómito rockero, muestra todo su esplendor en directo y arropado por una banda contundente. Tiene Micky el buen gusto de reunirse con músicos tocados por la varita. Ayer, los Tonys. Hoy, los Colosos del Ritmo, excelente formación surgida de la suma de miembros de, ahí es nada, Imperial Surfers y Los Imposibles. Colosales estos chicos, calcaron anoche en inolvidable festival, el sonido sucio de Los Tonys. Los Tonys, me lo comentará Fernando Argenta tras el concierto, hacían garaje cuando aún este término no existía como tal: bien por ellos. Abren, Micky al frente-todo poderío, energía juvenil- con temas de su recién lanzado Lp; "Estoy harto", la agradable "Sutileza" de una cerveza, "Empezó la cuenta atrás", "El nudo del zapato" son virulentos artefactos dirigidos al oído de la audiencia. Llegarán, tras breves parlamentos del Señor Carreño, las versiones; un "Paseando al can" de Rufus Thomas por aquí, una endiablada "Buona sera" acullá, un, en fin, poderosísimo "Gloria" entre ambos. Sin olvidar, claro está el "Diablo disfrazado" de Pelvis. Dice la leyenda que el mismísimo rocker de Tupelo, no se sabe muy bien cómo, estuvo en un tris de grabar "El chico de la armónica". Pero su salud, para entonces, se había deteriorado demasiado y la diñó en el setentaysiete. El público -y qué público, señores, nunca reunió el Barracudas a tal cantidad de talento; bueno, quizá el día que estuvo el simpar Willy Toledo- goza de lo lindo con las monumentales contorsiones del hombre de goma. Mediado el concierto, ataca la banda con viejas canciones de la época de Los Tonys; la guatequera "Sha la la", el áspero "Ya no estás", el sonido pre-garaje de "Sulpher Soap". Con el profético "El Problema de mis pelos" la sala, qué digo la sala, el parque de las Avenidas entero y parte del de la Concepción retumban atronadores. Y Micky a lo suyo; más música, maestro, bájese con el público. Y se baja. Y todos hacemos un poco el tonto. La apoteosis llega cuando el ex-tony y hoy presentador de El conciertazo de la2 Fernando Argenta y Jorge Explosión se suben al escenario a demostrar porqué son grandes. Histórico momento, a mi lado me comenta, atinadamente, Pauleras. El "Peppermint Twist" puso el broche de oro a una memorable noche de puro rock and roll. Tras ver años ha a Los Sirex y anoche a Micky uno se puede morir más tranquilo. He dicho.